Un año más.
Los instantes de felicidad son eternos en el subconsciente, por más que el cerebro quiera recordar lo contrario. Así quiero comenzar celebrando papá, tu cumpleaños. El que sé, estando tu aquí, hubiese sido uno de tantos aquellos... Estaría destacando solo el hecho de que ahora no soy tanto de aquello que era años atrás, tengo el cabello más largo, me preocupa mi carrera y tengo planes de familia. Y al cabo de unos años un tanto de estos hechos bastan para hacerme ver lo suficientemente adulta y lo inquebrantable que soy como niña porque no estás. Y ese es mi gran peso, hoy. Extraño cada fragmento por más mínimo que sea de tu vida, extraño a mi papá como no tienen idea... Se siente el agujero, en el fondo, en el pecho como si el puñal se girara al derecho y al revés hasta que duela tanto... Y siempre duele tanto perderte porque no es solo hoy, es a cada instante. Siempre lo digo, no es fácil para mí recordar tu fecha de partida más aún es imposible no recordar tu nacimiento. Gracias por esta vida de 25 años que aún sigue en pie a tus enseñanzas, a tus valores y a esa imagen de tanta ética y responsabilidad, a ese "Señor donde se pare". Gracias por tan importante parentesco, gracias por nunca dejar de ser mi papá, en vida y aún no presente, por ser ese gran hombre que fuiste y que recuerdo siempre.
Comentarios
Publicar un comentario